Puede que tenga una posibilidad entre mil, pero y qué? El caso es que la pueda tener, ese puto momento en el que se cruzarán nuestras miradas y nuestras lenguas empiecen a jugar, ahí será el momento en el que se pare mi reloj, lo recordaré siempre hasta que lo pueda volver a alcanzar. Me da igual lo que venga después, si total, mi reloj se parará.
Posdata: este pequeño texto no lo he creado yo, lo a hecho una valenciana muy simpatica, llamada Belén Cencillo Pons, que espero que siga escribiendo porque se le da super bien, y os encantarían sus textos, asique Belén hazte bloggera ya porque seguro que tienes mmuchos seguidores.
Animo escritora!
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